
Bueno, pues La Vida Privada de los Seymour ya está en la calle. Su salida supuso una intensa ronda por diferentes medios de comunicación calculada al milímetro. Pero a lo bueno una se acostumbra rápido. No pude evitar sentirme halagada y mimada mientras iba de una emisora a otra, de un periódico a una cadena de televisión. Y sin tener la menor idea de a quién le está llegando todo eso.
A consecuencia de la publicación del libro también he tenido ocasión de colaborar en alguna publicación de manera puntual. Lo próximo: leer una columna en la radio que es posible que publique en el blog.
Y mientras tanto mi libro está en la calle. Por supuesto, lo primero que hice ese viernes 13 de febrero, fue recorrer las librerías donde suelo comprar y verlo. LLena de orgullo y sorpresa, como no podía ser de otro modo, lo sostuve con una mezcla de miedo y reverencia. Ya no es mío. Ahora vuela libre.
Sólo espero que vuele alto y pueda proporcionar buenos momentos a muchas personas. Con esa intención se creó.