martes, 1 de diciembre de 2009



Este jueves 3 de diciembre, ofreceré una charla sobre La Vida Privada de los Seymour en el Aula de Cultura de Santa Eugenia de Romo en Getxo, a las 18.00 h. Os espero a quienes estéis interesados.

Nos vemos allí,
Itsaso

lunes, 9 de noviembre de 2009

La niña del Arco-iris.



Al fin tenemos a Cosima. Ha sido el nombre de la esperanza, de la posibilidad durante tanto tiempo, que se me hace raro pronunciarlo y escucharlo. Ya es realidad. Ya existe. El milagro ha ocurrido. Al fin.

Esta canción (At Last) me acompaña desde hace días, y si es ideal para bailarla a distancia de beso, lo es aún más para acunar a un bebé sintiendo su carita contra la mía y su suave respiración de paz y serenidad.

Qué largo camino. Pero esta vez iba a ser de verdad. Había señales. Cada vez que avanzábamos y Cosima estaba más cerca, aparecía el Arco-iris. Nos acompañó en varias ocasiones, cuando íbamos a las temidas revisiones o cuando nos tomamos unos días de descanso.Y así, aprendimos a verlo como un buen presagio. Nunca había visto un arco-iris completo y sin embargo tuve ocasión de verlo dos días seguidos ante mí, como una invitación a pasar bajo su luz multicolor y saber que esta vez todo iba a ir bien. Esta vez sí.

Y aquí está Cosima. Al fin.

No se puede expresar lo que siento cada vez que la miro (¿dejo de mirarla en algún momento?) No existen las palabras. Y lo quiero capturar y plasmar de alguna manera y sé que no puedo, que se me escapa en cuanto lo intento atrapar. Y sólo puedo vivirlo, experimentarlo aquí y ahora. No puedo atraparlo. Y cada vez que hace un ruidito y me acerco a la cuna, no sé dónde cabe tanto amor. Supongo que por eso lloro tanto, porque no cabe y rebosa en forma de lágrimas. Pues que rebose, hija, que rebose.

Cuando estaba cumpliendo (desgraciadamente) con el Bíblico "parirás con dolor", no dejaba de pensar en los millones de mujeres que a lo largo de la Historia habían pasado por aquello, sin paritorios medicalizados, sin epidural, sin ayuda profesional de ningún tipo en la mayoría de los casos. Y no dejaba de pensar en las mujeres que no lo consiguieron, en los bebés que no nacieron. Tenemos la arrogancia de pensar que todo lo hemos inventado este siglo, las mujeres instruidas y emancipadas, las independientes, las que dirigen empresas y países, ganan premios Nobel, luchan en guerras y cambian el mundo, y se nos suele olvidar que los privilegios que disfrutamos hoy, son el resultado del trabajo de miles de almas anónimas que nos precedieron, que con sus vidas y esfuerzo y sufrimiento, fueron construyendo adoquín a adoquín el camino por el que transcurrimos ahora, cada día más ligeras de equipaje.

Así que quería rendir un pequeño homenaje a todas esas mujeres, Creadoras de Vida.

Por ellas. Por mi niña del Arco-iris.

domingo, 20 de septiembre de 2009



Hola a todos,

Me gustaría compartir con vosotros un texto que leí en un programa de radio.

Recientemente, he visto en la televisión un anuncio (ahora se llaman "spots publicitarios") que me ha llegado al corazón. Da igual lo que anuncie. Se trata de una pequeña historia contada por un hombre que cumple 102 años que va a visitar a una recién nacida. Con la voz que sólo puede dar la experiencia de una vida tan larga, trata de dejar a la pequeña un legado muy simple en forma de consejo. Le dice que las dificultades le harán más fuerte, que al final sólo se acordará de las cosas buenas, que no pierda el tiempo en tonterías, que la vida pasa demasiado deprisa para desperdiciarla y que vaya a por lo que le haga feliz. La única pega que le encuentra a la vida es que es demasiado corta. Y algo que no debe olvidar: estás aquí para ser feliz, le dice.

Maravillosas palabras de alguien que podríamos pensar que ha vivido demasiado.

Y aquí estamos todos, luchando con el día a día, con el despertador que nos arranca del sueño, con el trabajo que nos absorbe toda la energía, con la eterna hipoteca, los sueños aplazados, la vida que nos agota, el tiempo que pasa y se lo come todo.

Llama la atención que un sencillo hombre de pueblo de 102 años, tenga esa sabiduría y esas ganas de vivir, mientras que la mayoría de nosotros nos arrastramos por la vida cargados de lastre, que terminamos el día sencillamente deseando que acabe la semana de una vez y llegue pronto el ansiado fin de semana. Y el lunes, vuelta a empezar. Hasta que una mañana ha pasado tanto tiempo que casi no nos reconocemos. ¿Qué ha pasado con la vida?, pensamos.

No me puedo imaginar a este hombre disfrutando de grandes lujos, si no más bien llevando una vida sencilla y posiblemente dura en muchos momentos. Más dura que la nuestra. A pesar de todo, lo que aprecia en la vida es haber nacido, el poder abrazar a su mujer y el haber conocido a sus amigos y haberse podido despedir de ellos. No me lo imagino descubriendo otros países y otras culturas.

Vivimos en un mundo abierto, donde todo está al alcance de la mayoría y si no, hacemos lo posible por que lo esté, donde los pequeños lujos de antes se han convertido en necesidades sin las que no se pueide dar ni un sólo paso. Hay demasiadas cosas que tenemos que tener y hacer. Este es el mundo en que nos ha tocado vivir y debemos aceptar la responsabilidad de que nosotros lo hemos hecho así. A pesar de todo lo que tenemos, de lo fáciles que han llegado a ser algunas cosas, sólo hay que montarse en el metro en hora punta y ver las caras de las personas. Dedicamos demasiada energía y esfuerzo a cosas que no merecen la pena y a la mayoría se nos olvida lo fundamental, la clave, el por qué de tanto despertador, tanta carrera a ninguna parte y tanta lucha por el éxito. Es triste pensar que sólo cuando perdemos lo que nos sostiene lo apreciamos.

Estamos aquí para ser felices. ¿Lo somos realmente?

Quien pudiera desear tan poco y tener tanto.

lunes, 6 de julio de 2009

Del mar y las flores.


Mucha gente me pregunta si estoy escribiendo y qué tal va mi segunda novela. Otra pregunta que me hacen mucho es cuánto tiempo tardé en escribir La Vida Privada de los Seymour. Hay veces que uno lee que fulano tardó once años en escribir tal novela y uno se imagina al escritor durante once años escribiendo sin descanso entre nubes de humo y con un cenicero a rebosar de cigarrillos a medio fumar.
Uno no siempre está escribiendo su historia. Se llega a puntos de inflexión que requieren más trabajo y ese trabajo es, a veces, apartarse un poco de la historia. Escribir es como cocinar, pero no como hacerse un par de huevos fritos para cenar. Es cocina tradicional. Preparar el fuego, mantener las brasas, dejar que se vaya cociendo a fuego lento y vaya soltando sus jugos, sin forzar.
Hay momentos en que uno no añade páginas a su novela. Pero eso no quiere decir que deje de escirbir. Para llegar a la llave que abra la puerta en el punto de inflexión, uno debe escirbir, escarbar, indagar, desahogarse en el papel, escribir sobre el mar y las flores si hace falta, pero escribir. Eliminar capas de confusión, de ideas preconcebidas o dudas. Lo que sea que esté taponando tu historia. Es difícil aceptar que la mejor forma de avanzar es detenerse y realizar otro tipo de trabajo.
¿Cómo va mi segunda novela? Cociéndose a fuego lento. Entro y salgo de ella, convivo con sus personajes como si tuvieran vida propia, y espero hasta que me permitan entrar de nuevo en sus vidas para contar su historia. No me alejo ni un sólo día de ella. A veces es frustrante, desesperante, pero hay que aceptarlo como parte del proceso. No se puede forzar. Pero eso no tiene nada que ver con dejar de escribir, con cierta disciplina. Con el mar y las flores.

martes, 26 de mayo de 2009


Hola a todos,
Ayer disfruté de una experiencia muy enriquecedora. En la escuela de adultos de Sopelana, dedican un tiempo semanal a leer libros para luego comentarlos desde un punto de vista personal. Alguien propuso mi libro, así que se pusieron en contacto conmigo y me pidieron que asistiera a una de esas puestas en común, cosa que hice encantada.

Esto ocurrió ayer. Asistían unas 20 o 30 personas, la verdad es que los números no son lo mío. Había de todo: gente a la que le había gustado el libro, gente a la que no, gente que se sentía identificada con personajes y situaciones, gente que no... En cualquier caso fue una gran experiencia que disfruté. Es bueno que te lleguen todo tipo de opiniones, no para intentar cambiar, si no para entender y aceptar que a todos no nos gusta lo mismo, ni todos disfrutamos con lo mismo. Y así tiene que ser. Es algo que asumes, que tu historia no tiene por qué gustar a todos, de la misma manera que a mí no me gusta todo lo que leo.

En cualquier caso, me alegro de haber asistido y haber pasado un rato muy agradable con un montón de gente, gente además, que me puedo encontrar por la calle cada día.
Para todos, gracias.

Nos vemos en el blog.

sábado, 21 de marzo de 2009


Hola a todos,
El próximo viernes 27 de marzo, en La Casa del Libro de Bilbao (Alameda de Urkijo, 9), se hará una presentación de La Vida Privada de los Seymour. Me acompañará en un día tan especial el periodista y escritor Alex Oviedo y espero que muchos amigos. Os invito a todos los que podáis venir, a que os acerquéis sobre las 19.00 horas.
Nos vemos allí,
Un beso,
Itsaso

domingo, 1 de marzo de 2009


Bueno, pues La Vida Privada de los Seymour ya está en la calle. Su salida supuso una intensa ronda por diferentes medios de comunicación calculada al milímetro. Pero a lo bueno una se acostumbra rápido. No pude evitar sentirme halagada y mimada mientras iba de una emisora a otra, de un periódico a una cadena de televisión. Y sin tener la menor idea de a quién le está llegando todo eso.

A consecuencia de la publicación del libro también he tenido ocasión de colaborar en alguna publicación de manera puntual. Lo próximo: leer una columna en la radio que es posible que publique en el blog.

Y mientras tanto mi libro está en la calle. Por supuesto, lo primero que hice ese viernes 13 de febrero, fue recorrer las librerías donde suelo comprar y verlo. LLena de orgullo y sorpresa, como no podía ser de otro modo, lo sostuve con una mezcla de miedo y reverencia. Ya no es mío. Ahora vuela libre.

Sólo espero que vuele alto y pueda proporcionar buenos momentos a muchas personas. Con esa intención se creó.

jueves, 29 de enero de 2009


Hay filosofías que dicen que cuando uno desea algo, debe hacer lo que esté en su mano para conseguirlo y una vez hecho esto, despreocuparse del resultado. Tengo que decir que con el libro fue así, quizá preocupada por otros deseos que parecían estar más en mi mano. ¿Quién puede esperar ganar un concurso literario? Ni en mis sueños más fantasiosos se me ocurría la posibilidad. Mandé la novela y ganó. No contaba con ello y no creo que todavía me dé cuenta de lo que ha supuesto. Tu vida sigue con sus altibajos y sus preocupaciones diarias. El otro día, justo antes de apagar la luz y programar el despertador, me dije en alto, casi sorprendida:"He ganado un premio literario y mi novela está en la calle, la está leyendo gente real", como si fuera la primera vez que me daba cuenta de ello. Y muchas veces es así. Me tengo que recordar que en medio de todo esto ha ocurrido algo maravilloso, real, de lo que todavía no soy consciente. ¿Cómo serlo?

El viernes 13 de febrero La vida privadad de los Seymour estará en librerías, y yo ya he reservado esa tarde para recorrer las librerías en las que habitualmente compro libros o los encargo cuando no los encuentro, para verlo. Como una cliente anónima más(sólo que supongo que un poco más alucinada), porque al fin y al cabo, eso es lo que soy.
Nos vemos en el blog.
Itsaso

lunes, 5 de enero de 2009

La Historia más bella jamás contada



La carta ya está en el correo desde hace unos días, escrita con buena letra y sin tachones. Es para los Reyes Magos. Los camellos y el cortejo real se han ido acercando a paso dolorosamente lento al pesebre. Al fin llega el gran día.

Todos los preparativos, los nervios, los zapatos bien limpios y que no se nos olvide poner un balde de agua y azúcar para los camellos, que esta noche tienen mucho trabajo.

Y por la tarde la cabalgata. Y esas caras. Caras de incredulidad y fascinación. ¡Pero si son de verdad! Que alguien me ponga precio a la cara de un niño la primera vez que ve a los Reyes Magos.

Qué no daría por recuperar, sólo por un instante, esa magia. Volver a recuperar la excitación, la certera esperanza, la confianza con la que ponía los zapatos bajo el árbol de Navidad, la sonrisa con la que me dormía, con la seguridad, la certeza de que a la mañana siguiente el agua y el azúcar habrían desaparecido y los regalos envueltos en papel brillante estarían allí, a los pies del árbol, vivos y esperando a ser abiertos. La magia flotaría en el ambiente mientras rasgaba el papel fascinada una vez más, al tocar con mis propias manos el objeto de mi deseo. Qué viaje tan largo había realizado. Increíble pero cierto. Estaba allí. Era real y estaba en mis manos. Era cierto y ocurría una vez al año. Vaya que si ocurría. Era una de las certezas en la vida de todo niño: que la noche del 5 de enero, los tres Reyes Magos repartían juguetes, esperanza e ilusión en todas las casas. Todo era perfecto.

Y cada 5 de enero, esa magia se repite y esas caritas iluminadas se elevan y ven y creen. La historia más bella jamás contada es la de la fe y la inocencia puras. Y es la certeza que duerme durante doce largos meses en el corazón de un niño. Pase lo que pase, en esto podemos confiar. El 5 de enero Melchor, Gaspar y Baltasar no fallarán. Pase lo que pase. Así debe ser y así ha sido desde el principio de los tiempos.

Feliz y mágica Noche de Reyes a todos. Que vuestros deseos se hagan realidad.
Itsaso