viernes, 10 de junio de 2011

Me asomo a la sección de empleo del periódico (la cosa está muy malita)y me encuentro con que piden en varios anuncios médica o médico, técnica o técnico, incluso fresadora o fresador (nótese que siempre la dama por delante, en eso no hace falta igualdad). Pero algún discriminador insensible ( o alguna discriminadora insensibla) (No, no es un error, quiero poner y pongo insensibla. ¿Se pueden poner dos paréntesis seguidos?), decía que algún discriminador insensible pide un ORTODONTISTA. Corrijo, en realidad piden 1 Ortodontista, con número, no con artículo indeterminado, que se ha vuelto del todo politicamente incorrecto.

Como músico se me ocurren un montón de profesiones en "femenino": pianista, violinista, cellista, violista, flautista, oboista, fagotista, trompetista, trombonista, percusionista, contrabjista, arpista, saxofonista, guitarrista, tubista... no me gustaría discriminar a ningún compañero, pero seguro que me dejo a alguien. Istas por todos sitios y ningún isto, aunque sí demasiado listo o lista por el mundo. No hay pianistos, pero sí pianistas y ninguno nos hemos sentido discriminados a lo largo de la historia, ni siquiera cuando ser pianista mujer era algo muy poco común.

Y digo que soy músico, no música. Música es el nombre del noble y grandioso arte.

Con la que está cayendo ahí fuera y que andemos con estas gilipolleces. Porque creo que no tienen otro nombre. O sí: bobería, ceporrez, estupidez, guajería, idiotez, imbecilidad. Aunque creo que el problema es que nos están tomando por tontos, o lo que es lo mismo, por cretinos, estólidos, estultos, fatuos, ignorantes (o ignorantas, cuidado), imbécil (o imbécilas), lerdos, mentecatos o necios.

En cualquier caso creo que somos ridículos y absurdos.

No hay comentarios: